El nuevo descubrimiento sugiere una teoría en torno a las altas temperaturas a las que pueden llegar algunas zonas del cerebro, estas podrían indicar una buena salud cerebral.
Algunas zonas cerebrales pueden alcanzar hasta los 40 grados de temperatura, es la primicia del nuevo estudio, publicado en la revista Brain. Allí además señalan que estas temperaturas en otros lugares del cuerpo podrían considerarse como fiebre, pero en el cerebro indican buena salud.
El objetivo, era “determinar la relevancia clínica de la temperatura cerebral en pacientes estableciendo cuánto varía en adultos sanos“, dice el estudio. Allí descubrieron que esta depende de varios factores diferentes.
“La temperatura del cerebro humano es más alta y varía más de lo que se suponía anteriormente, según la edad, el sexo, el ciclo menstrual, la región del cerebro y la hora del día”, concluyen.
Para llegar a estos resultados se analizaron los cerebros de 40 personas adultas, 20 hombres y 20 mujeres de entre 20 a 40 años. Sus cerebros fueron escaneados durante la mañana, la tarde y la noche de un mismo día.
El equipo científico, uso una técnica llamada espectroscopia de resonancia magnética (MRS). A través de ella, midieron los patrones químicos para captar la temperatura cerebral sin intervenir a los pacientes.
Los científicos comparan este importante órgano del cuerpo con mecanismos similares al motor de un auto o los sistemas de computadores. Esto porque al trabajar con potencia o al ser sometido a mayor presión pueden alcanzar temperaturas más altas.
¿Qué descubrieron sobre el cerebro?
En específico, la temperatura cerebral promedio fue de 38,5 °C. Los cerebros femeninos estaban en promedio alrededor de 0,4 °C más calientes que los cerebros masculinos, muy probablemente debido al ciclo menstrual. Mientras que la temperatura cerebral más alta registrada fue de 40,9 °C.
Un cerebro caliente, según su teoría, aporta positivamente a la salud y ayuda a superar con mayor éxito las lesiones cerebrales. “La ritmicidad diaria de la temperatura cerebral emerge como uno de los predictores individuales más fuertes de supervivencia después de una lesión cerebral”, afirman.
Además, descubrieron que el cerebro está más fresco por la noche, antes de dormir y más cálido durante la mayor parte del día. “Hay buenas razones para creer que esta variación diaria está asociada con la salud cerebral a largo plazo, algo que esperamos investigar a continuación”, dicen.
Otra observación importante es que el cerebro parece aumentar su temperatura con el paso de la edad. Incluso señalan que los ritmos de temperatura podrían ser útiles como biomarcadores para verificar el riesgo de futuros trastornos cerebrales.
Por otro lado, con el método que utilizaron y los datos recopilados pudieron crear un mapa de temperatura 4D del cerebro. En el estudio enfatizan que, si bien aún les queda por descubrir, esta base de datos podría usarse en el futuro como guía médica para saber como debería ser un cerebro saludable.
Fuente: biobiochile.cl